Artículo de Ramón Pérez Nóvoa publicado en el suplemento Gente Mayor de el periódico La Región el día 2 de Diciembre de 2012.
Un buen número de persona de avanzada edad, así como de ahorradores en general, que carecen de especiales conocimientos financieros, fueron convencidos por ciertas entidades bancarias, para concertar operaciones de adquisición de las conocidas “participaciones o acciones preferentes”, fijándose únicamente en lo atractivo de la rentabilidad que aparentemente ofrecían, cuando en realidad suponía el aventurarse en un gran riesgo, típico para expertos inversores. Esa no era la inversión que buscaban la mayoría de estas personas, y que ahora tiene sus ahorros atrapados en un producto financiero que no eran conscientes de haber contratado.
